viernes, 24 de marzo de 2017

La consciencia

Estrenamos el blog con un tema de tránsito obligatorio en nuestro breve tour por los terrenos de la psicología.

Un tema del que aún a día de hoy no tenemos una respuesta firme, a pesar de haber sido uno de los más tratados a lo largo de la historia.

Fascinante a la par que desconcertante, me estoy refiriendo al dilema de la consciencia.

Y es en este momento en el que nos hacemos la pregunta: ¿Y qué somos?

Si bien esta pregunta podría dar para varias unidades de un libro de texto de filosofía, yo me limitaré a daros un esbozo a partir de lo poco que sé de Hª de la psicología y de lo poco que se sabe hoy en día del sistema nervioso.


Empecemos.


¿Cómo nos configuramos como individuos?

Se podría considerar que pasamos al estadio de personas en el 5º mes de embarazo, momento en el cual finaliza la neurogénesis (proliferación de neuronas), empezamos a sentir y a desarrollar actos reflejos. 

En este momento el cerebro ya es bastante similar al de un adulto normal, y es cuando las madres empezarán a notar las típicas “pataditas” en su estómago.

A partir de aquí el sistema nervioso proseguirá su curso normal de maduración, el cual se fundamentará en la pérdida progresiva de neuronas en desuso y en la reorganización de estas, hasta llegar a la formación de una red neuronal estable.

La conformación de ésta dependerá en gran medida de la actividad que se presente en el cerebro del niño durante sus primeros años de vida, la cual, junto con su predisposición genética, determinará en gran medida sus futuras habilidades y debilidades.

Una buena metáfora para entender lo que sucede con nuestro cerebro durante estos años sería compararlo con un montón de plastilina. Durante los primeros días, podremos darle la forma que queramos, pero conforme vayan pasando las semanas la plastilina se irá secando y tomando una forma cada vez menos maleable y quebradiza.

En nuestro caso, el moldeado sería la reconfiguración de árboles sinápticos, y la cristalización sería la progresiva sustitución de tejido cognitivo (sustancia gris) por tejido conector (sustancia blanca).

Todo esto no es sino otra muestra de la sobrecogedora capacidad adaptativa que posee nuestro cuerpo, y que pone de manifiesto que, con mayor o menor facilidad, las personas se pueden potenciar con los estímulos adecuados.



 Los recuerdos

Hemos abordado el cómo el sujeto configura su sistema nervioso en tanto en cuanto a sus capacidades cognitivas, esto es: de adaptación al entorno.

Sin embargo, hay un factor clave que hemos obviado (y obviaremos, porque si no el post me quedará muy largo): la retención que se da a lo largo de todo este proceso.

Los recuerdos pueden llegar a ser igual o más importantes que todo lo anterior, y, como ya veremos en otro post, implican un gran número de estructuras que en conjunto forman una maquinaria de lo más compleja.


Cognitivismo VS conductismo

A lo largo de su existencia el ser humano ha intentado siempre encontrar la razón última de su comportamiento de varias formas, las cuales, en el fondo (por lo menos en las que se intentaba constatar empíricamente sus postulados), se han basado bien en intentar adentrarse en el mundo interior de cada persona, o bien en intentar predecir la respuestas posibles a cada estímulo.

Se podría decir que en este sentido las escuelas que más han destacado, sobre todo por el legado que nos han dejado, han sido el conductismo y el cognitivismo.

Sin embargo, ¿alguna de ellas planteaba las cosas de una forma adecuada?

Bueno, lo cierto es que para lo que se sabía en aquel entonces, y sobre todo teniendo en cuenta que no disponían de la tecnología actual no lo hicieron nada mal, ya que han asentado gran parte de las bases del estudio de la psique humana.

Sin embargo, el camino parece estar enfocado cada vez más al estudio directo del tejido neuronal y a encontrar la relación de éste con nuestra conducta.

Tanto es así, que llegado un futuro (esperemos no tan lejano) en el que se invente una máquina capaz de visualizar nuestra configuración sináptica, podríamos llegar a ser capaces de ver cada uno de nuestros recuerdos, así como de predecir nuestra conducta ante cada estímulo.

De este modo, lo que antes era un misterio oculto tras la individualidad que presenta todo ser humano (debido a su complejo desarrollo) dejaría de serlo.


De cualquier modo, esto aún es un sueño por cumplir.

Por ahora, lo único que podemos hacer es seguir preguntándonos dónde se esconde ese "Yo", ya que lo más parecido a esta fantasía de ciencia ficción serían las personas con un alto nivel de empatía y capaces de ponerse en el lugar del otro.


Sin embargo, detrás de toda conducta hay un proceso bioquímico que sustenta esta, por lo que aunque no haya ninguna prueba que lo demuestre del todo, probablemente la consciencia no sea otra cosa que un producto de la misma naturaleza, un conjunto en el que, como diría la escuela Gestáltica, el todo supera a la suma de sus partes.


jueves, 16 de marzo de 2017


¡Hola a todos!

¡Y bienvenidos a mi blog!


Mi intención a lo largo de los (probablemente 2) meses que me dure la vena blogger será haceros sentir partícipes de mi experiencia como estudiante de Psicología.

Para ello, cada semana o así iré publicando cosillas sobre temas que despierten mi curiosidad, los cuales (ya lo siento, futuros estudiantes) en el primer curso son más bien pocos.

Pero bueno, ¡tiempo al tiempo, que aún me quedan años ^^!

Ya iréis viendo que mi carrera me prepara para muchas más cosas que hacer que la gente me cuente su vida mientras la voz de Freud resuena en mi cabeza diciendo: "complejo de Edipo" y que en ella confluyen muuuuchas materias, como la neurobiología, la sociología, antropología, estadística..., que si bien no son igual de apasionantes, si lo son de necesarias. 


Pero bueno, que lo que busco no es eso, sino que os entretenga, que esto para mi es un hobby.
Y si ya os gusta y os interesáis por el tema pues oye, ¡estupendo!
Yo siempre estaré dispuesto a explicaros al detalle si queréis saber más.


Creo que eso era todo, así que con esto me despido.

Os dejo con una animación to' pro del cerebro.


¡Un abrazo!